sábado, 31 de marzo de 2012

Es más de lo que merecía.

Hoy me he dado cuenta de que no puedo perdonarte. No puedo. Aunque ya lo he hecho, te perdoné todo. Las humillaciones, las mentiras, los insultos, las lágrimas, los días pésimos. Te perdoné queme hicieras tan feliz y luego me lo quitaras todo de golpe y que, al final, llegáramos a la conclusión de que no me querías en realidad. Te perdoné por no querer a quienes quería y por alejarme de la gente. Te perdoné por haberme hecho creer que no era importante, que mi vida no valía ni un céntimo y que lo único que me hacía vivir eras tú. Te perdoné cuando hiciste que me convirtiera en lo peor de mí misma y cuando me llevaste al extremo. Te perdoné por haberme hecho mentir y engañar. Te perdoné todo, casi todo. Y aún así no puedo perdonarte, no puedo perdonarte porque lo vi en tus ojos. Ese amor que mata, que hace hervir la sangre. Ese amor que es único, que sólo sucede una vez. Un amor que lo creó todo y lo destruyó todo, que me hizo sentir libre de verdad. Un amor que me hizo ver lo pequeña que era yo en comparación con el mundo. Y no puedo perdonarte, aunque ya lo he hecho. No puedo perdonarte por haberme querido de verdad.

jueves, 29 de marzo de 2012

Hasta qué punto lo quiero.

Una vez alguien me dijo que si algo te gusta de verdad tienes que poner todo tu empeño en ello, tu corazón. Porque si algo es importante para ti (para mí) tengo que olvidarme de todos los contras y centrarme en los pros. Que no estoy hecha para vivir como una mártir, he nacido para ser feliz. Y si lo que me hace feliz es ése chico de ojos verdes que vive dos calles más allá pues, genial, que lo cuide. Que lo cuide porque es una cosa buena, es algo (alguien) que me hace sonreír cada día, cada putísimo día, que me hace sentir bien. Ninguna importancia tiene ya todo lo demás si él está a mi lado y si me apetece soñar con nuestra vida, con todo lo que podremos vivir juntos, con todos los lugares que visitaremos o con cómo vamos a decorar nuestra casa pues es mi problema. Que yo soy feliz y él también (creo), él que me conoce a fondo, él que se ríe de mí, él que siente pena cuando me hace cosquillas porque sabe que acabaré llorando, él que siempre me lleva la contraria y que, al final, termina cayendo rendido (con un poco de coacción) a mis encantos. Él que es todo lo que yo podría esperar, que es exigente e inteligente, responsable, increíble. Él que... que tiene el poder de dejarme sin palabras. Él, el chico callado y taciturno (por las mañanas) que hace mis delicias con cada gesto inesperado. Él que no se imagina cuánto tiempo paso al día para hacerle entender que sin él nada sería posible, que estoy dispuesta a soñar para siempre si ésa es la única forma de tenerle. Él que ignora hasta qué punto lo quiero.

Dedicado a Alejandro Espiño

domingo, 25 de marzo de 2012

No me digas que alguien te amó más que yo.

Aunque pensaba sinceramente que nunca volvería a soñar contigo, sucedió. Fue como cambiar nada por todo o todo por nada. Simplemente de la noche a la mañana y por el nimio hecho de no querer postergarlo me di cuenta de que tenías la sonrisa más bonita del mundo y así, sin pensarlo demasiado, volví a soñar despierta, a soñar contigo. Volví a derramar lágrimas de amor, de esas que empapan la almohada, lágrimas con las que dejar escapar todos los "te quiero" que callo cada día. Volví a sentir que tú... Bueno, eso, ya sabes, que en ti se me va la vida y que si tu eras feliz qué más quería. Y quise averiguarlo porque, si no eras feliz, algo habría que hacerle, alguna solución habría que encontrar ya que tu felicidad era la principal protagonista de mis sueños. Pero me di cuenta, aunque puede que demasiado tarde, de que yo no puedo saber si eres feliz, por mucho que me empeñe porque ya no me está permitido entrar en tu corazón a robarte los secretos.

domingo, 11 de marzo de 2012

Leaving

Estoy escribiendo nuestro final. Está decidido. Tengo que decírtelo ya, decirte que ésto me va muy grande, que no soporto el vacío de mi pecho y cada vez es más grande. Porque ya no somos lo que fuimos, no. Somos una uva pasa, arrugada. Porque yo ya no te siento cerca, ya no me siento importante. Y siempre he creído que si la persona con la que estás no está siempre en tu mente quizás es que no la amas. Puede que sea mi culpa, ¿sabes? Que haya exigido demasiado o que exigiera muy poco al principio. Puede que no sea perfecta y que no sea la adecuada. Que todo lo que antes te hacía sonreír ahora te frustre. Puede que tenga más miedos y manías de los que puedo contar con los dedos y que no sea agradable verme triste o enfadada a cada momento. Puede que odies que te aparte y que sienta vergüenza cuando excedes los límites delante de los demás o cuando te haces demasiado pesado. Puede que te hayas equivocado conmigo, no sé. Yo ya no puedo más.

martes, 6 de marzo de 2012

You've done.

Porque la vida es muy perra y te está diciendo que pares, que pares porque no vas a lograrlo. Ella se encarga de éso y te lo dice así, como si no le diera pena ninguna, porque ya la conoces, sabes como es ella, que no tiene límites. Imparable es la palabra. Y tú no te rindes, no te rindes porque has nacido para enseñarle que la bondad también existe y que ella, en el fondo, no es mala. Que lo que te hace sufrir es tu actitud ante la vida y las personas de las que te rodeas, que no es para tanto, que no puede ganarte. Y se cabrea y te tira de los pelos, porque ella es así y no aguanta que estés dispuesta a quitarle el protagonismo. Sin embargo, ¿qué puedes hacer? Tú naciste preparada para cambiar las cosas, para hacer lo imposible y para romper las metas. Sabes que tienes razón aunque a la vida no le guste, porque ya sabes, es muy perra. ¿No te has dado cuenta de adónde quiero llegar? Con tu actitud ya la has vencido.

Twitter