lunes, 14 de noviembre de 2011

Tell you I'm sorry

Si te descuidas, voy a morderte.

No sé en que idioma decirte que eres una de mis personas favoritas en el mundo, que enrojezco con tus cuentos y me atolondras al recordar tu piel. No sé como decirte que me haces muy feliz, aunque seas el secreto inconfesable que vive dentro de mí. No sé cómo decirte que vives en mis sueños y que construyo fantasías pensando en ti. No sé cómo decirte que eres mi inspiración favorita, que vivo de tus lunares, que me vuelves loca. No sé cómo decirte cuánto te echo de menos a cada instante aunque me hables sin parar. No sé cómo decirte que me haces sentir un poquito loca, un poquito todo, un poquito nada, un poquito... ¿especial? No sé es que eres como ése quiero y no puedo que me atrapa. Tan arrebatador que dan ganas de esposarte a mis caderas y bailar siempre junto a ti. Porque me mata la idea de que sonrías, en donde quiera que estés. Porque siempre estuve un poco, poquito, loquita por ti.

Proud to be who I am.


He aprendido que el tiempo no lo cura todo. Que si necesitamos decir algo, debemos hacerlo antes de que sea tarde. Que llorar no es de cobardes, llorar es de valientes. Que la vida nos pateará el culo y únicamente nosotros podemos cambiar eso. He aprendido que sí que existe el amor, pero no es como en los cuentos de hadas. He aprendido que por mucho que crezcas, sea cual sea tu edad, nunca te haces mayor. Que papá y mamá siempre serán mejor que el alcohol, el mundo o las drogas. He aprendido que las historias que aprendí de pequeña, entre cacao y mantas, no se olvidan fácilmente. Que el tiempo da lecciones que no deben despreciarse, que no existe ni existirá el olvido. He aprendido que debo dedicarme a lo que me gusta y hacer la vista gorda ante lo que me disgusta. Que no está bien rendirse, que luchar es más fácil que cargar con la certeza de que no has hecho nada para impedir ciertas situaciones. He aprendido que los amigos de verdad se cuentan con los dedos de la mano pero nunca te abandonan, por duro que sea el camino. He aprendido que los sueños no son sueños hasta que puedes decir que se han hecho realidad, que sino son mentiras, como decía Bruce. Que hay que querer con cada fibra, hasta sentir la vida escapar, para poder decir que has querido. Que éso te hace fuerte, fuerte de verdad. Que no hay mas obstáculos en el camino que los que te pones tú. He aprendido que en ciertas personalidades "abruptas" se esconden preciosos lunares, de esos que saben a chocolate con churros, que hacen que te enamores. He aprendido que, me guste o no, esta soy yo y esta es mi vida, debo vivirla al límite, cada día, debo equivocarme, enamorarme, llorar, caer y levantarme. Debo disfrutarla, porque es una pieza única, no habrá más.

Yo, mi, me, CONTIGO.

Porque no. Éso es todo. No. No soy como otras, no como las demás. Nada se me da bien, salvo cosas insignificantes en las que nadie se fija. Nunca destaco. No soy la más bonita ni la más inteligente. Parezco una gallina clueca cuando me echo a reír y mi voz es como una campanilla estridente que suena en tu oído y te hace lamentar haberme seguido hasta aquí. No tengo nada que merezca realmente la pena, sólo un montón de idioteces que no valen para nada. No soy la chica en la que todos se fijan en la calle, más bien soy la que siempre pasa desapercibida. No tengo un gran corazón, más bien un músculo diminuto y egoísta que nunca piensa en nadie más. Y sí, a veces miento, pero éso es algo que todos hacemos. He hecho muchísimo daño a gente que creyó en mí y he permitido, una y otra vez, que aquellos a quienes quería se escabulleran por entre mis dedos. No soy la más luchadora, cuando me canso, echo el freno porque es mucho más cómodo. Me odio  la gran mayoría de los días del año, por ser débil, egoísta, inmadura, incapaz de cambiar mi destino. No soy nada del otro mundo, no tengo nada de lo que presumir pero hay una cosa, una pequeña cosa, que me gustaría que se tuviera en cuenta, ésto es:
No me importa que la gente me insulte o que se rían de mí. Me da exactamente igual si alguien decide que no le gusta mi forma de ser, mi sonrisa, mi ropa o lo que sea. Es igual, ¿sabeis? Pero estoy enamorada, enamorada de verdad, como en un cuento de hadas, a lo grande. Tengo a una persona en mi vida por la que mataría, alguien que mataría por mí y, cada minuto, por desastrosa que yo sea; lo dedico a intentar hacerlo feliz. No juzguéis eso, no es justo. Porque él, él con sus ojos verdes y su sonrisa, con su manera de decirme que todo irá bien, con su voz, con sus manías. Él. Es todo lo que yo tengo. No tenéis derecho a arrebatármelo.

domingo, 13 de noviembre de 2011

Fuente: http://www.fotolog.com/iria13/23600491  ; mi antiguo fotolog.

Es verdad, existen días en los que todo se derrumba; días en los que un recuerdo, una mísera e insignificante fecha puede hacerte caer por el abismo más profundo chocando al final con un mar de hielo. Pero todo depende en cierto modo de ti,NUNCA debes permitir que un mal día te descontrole, te hunda y te deje sin salida. NO más lágrimas, NO más dolor, NO más infravaloración, NO más engaños. La vida es un abrupto camino en el que la felicidad es inestable, pero podemos elegir llevarle la contraria. Tenemos el poder de encarar a la vida y mientras ella nos susurra : "sufre, sufre, sufre" responderle "SONRIE, SONRIE, SONRIE!". No podemos dejarnos vencer, no podemos dejar que la vida nos maneje a nuestro antojo convirtiendo nuestra existencia en una vertiginosa montaña rusa. Debemos agarrar a nuestra vida por el cuello de la camisa y crear nuestro propio camino. Pedir perdón, desperdigar sonrisas en las caras tristes y no permitir que nuestros errores nos sepulten bajo tierra. La vida es muy corta y ya que hay que vivirla mejor que sea disfrutándola. Plantale cara a la vida...sO,, dOn't wOrryy be hAppy!(8)

Don't tell them you love him.

Y morirme contigo si te matan y matarme contigo si te mueres. Éso dijo Joaquín, éso grita mi corazón en ruinas. Porque "te quiero" es una palabra de difícil pronunciación, de esas que se te traban en la lengua y no quieren salir, de esas que agarran tus cuerdas vocales y hacen un gran nudo con ellas, para que no salgan las canciones, para que se queden atrapados los "te siento". El problema es cuando lo dices, cuando ésa palabra imposible se te escapa entre los labios y no puedes contenerla y sonríes intrépida sin saber que la has cagado, que has abierto el corazón, que ya no queda nada más, que pueden hacerte daño. Y te lo hacen. Siempre te lo hacen.

sábado, 5 de noviembre de 2011

Chloè quiere morir.

Era absurdo que algo así le hubiera sucedido a ella. Cerró su portátil con expresión de asombro, ni todas sus neuronas trabajando en conjunto habrían sido capaces de hallar una explicación lógica para algo tan inverosímil. Sin embargo, no pudo evitar un fugaz pensamiento "es cierto que ha ocurrido". Una lágrima furtiva resbaló por su mejilla, la gota que colmó el vaso. Empezó a temblar descontroladamente, impulsada por el dolor tan arraigado en sus entrañas, por el enorme vació que sentía, por la certeza de saberse perdida para siempre. Nunca pensó que algo así pudiera ocurrir, no con él, que había estado a su lado en las más insólitas situaciones sin inmutarse, él que la había querido tanto. Había. Era peor que tirarse desde un tercer piso, era como abrirse en canal con unas tijeras de cocina. No se sostenía en pie, las piernas eran gelatina y pandeaban. Se cayó al suelo, arrastrada por la marea de sus desquiciantes pensamientos. En su locura, fue arrancándose la ropa a jirones, inconscientemente, hasta quedarse desnuda. Sus uñas arañaban su cuerpo, sus manos quemaban su piel y el frío suelo del salón la acogía sin demasiadas ganas. Las lágrimas empezaron de repente y , al mismo tiempo, los mordiscos en los antebrazos para ahogar los intensos gritos de dolor que le salían desde lo más hondo de su ser. Ella que lo había sido todo estaba ahí tumbada, en la más absoluta oscuridad, sola y abandonada, más que nunca; perdiendo los estribos al recordar la miel de los labios que un día besó. Ella que había escuchado los más sinceros "te quiero", ella que le enseñó a llegar al limbo con mil caricias prohibidas, ella que le entregó su piel, cuerpo y alma al amor. Ella que supo que quería envejecer a su lado, rodeados de recuerdos. Ella... Quería morirse, estaba dispuesta a hacerlo, lo haría. Se levantó a duras penas, temblando, completamente desnuda. Observó su reflejo en el espejo y, entre los arañazos, no pudo reconocer a la mujer que él tanto había amado. Quería sufrir, castigarse por haberlo dejado marchar. Sabía como morir en cuestión de segundos, sin dolor; pero era dolor lo que ella quería. Cogió un cuchillo de la cocina y empezó a rasgar con él su muñeca, de abajo hacia arriba, no en horizontal. Dolía mucho. No derramó ni una lágrima. Y se sentó a esperar, pensando en cómo él le había preguntado por Skype si le gustaría ser su madrina. Él iba a casarse con una mujer, con otra mujer, una que no era ella, una que jamás lo querría como lo quería ella... Lentamente iba perdiendo la conciencia y, en un último destello de lucidez, le pareció reconocer el sonido de unos pasos que subían por una escalera.
- ¡Chloè! - un grito desgarrador, un hombre destrozado. - No te mueras, por favor, no te mueras... No pienso vivir sin ti, agárrate a la vida, pequeña. ¡Agárrate a la vida!
"No, déjame morir, por favor, deja que me vaya, no quiero, no me salves, ¿qué haces aquí? Por qué tendrás que joderlo todo siempre. Dé..."
- Te amo, tienes que vivir porque te amo.
"¿Qué? ¿Me amas? Mierda, no puedo despertarme..."


En cada corazón cada historia acaba de un modo diferente.

Twitter