domingo, 22 de abril de 2012

La cabaña.

No sabía cómo había llegado hasta allí pero sí que no quería marcharse. Imagínalo, ¿existía acaso una situación mejor? Una cabaña de piedra en medio del bosque, suelo de madera y vigas al descubierto, un fuego ardiente en una hogareña y antiquísima chimenea, las mantas encima de la alfombra y nosotros decorando el árbol de navidad y comiéndonos a besos. Más y más, hasta no soportar el ansia, la necesidad. Caer sobre las mantas celebrando la navidad cuerpo a cuerpo, unirnos una vez más siendo el puzzle perfecto, el que sabíamos que éramos, y acariciarnos después, hablando de todo o de nada, y volviendo a empezar, viviendo esas vacaciones que, en realidad, siempre hemos deseado.

Esta es una historia dedicada a alguien especial.

lunes, 9 de abril de 2012

El orden de los factores altera el producto.

Nos conocimos y me hiciste llorar de risa. Nos hicimos asiduos. Nos encariñamos. Nos acercamos. Me besaste. Tuvimos sexo. Fuimos felices... Pero, ya sabes, nunca se me ha dado bien éso del orden cronológico así que, pensándolo bien, si quitas éso de "de risa" puede que fuera al revés:

"Éramos felices hasta que tuvimos sexo, me besaste, nos acercamos, nos encariñamos, nos hicimos asiduos. Entonces me hiciste llorar y, por fin, nos conocimos y me di cuenta de que no eras bueno para mí"

viernes, 6 de abril de 2012

Samuel

No sabía hacia dónde se dirigían sus pasos. O puede que, simplemente, no quisiera saberlo. No era fácil alejarse pero... ¿es que tenía otra opción? Era muy duro estar tan enamorada, muy duro saber que el corazón se rompería en mil pedazos, muy duro tener miedo por enésima vez. Siempre había huido. Estaba acostumbrada al dolor que éso provocaba pero incluso el mayor de todos venía contrarrestado por un profundo alivio que crecía a medida que se alejaba. Hasta ahora. Por primera vez en su vida no había alivio, ni una pizquita, nada en absoluto y no sabía bien como sobrellevarlo. ¡Pero ella era una amante de la libertad! No era tan simple como enjaularla por amor, no. Debía huir mientras pudiera, no había ni un segundo que perder. Echó a correr bajo la lluvia, ¡menos mal que estaba lloviendo! Lady Rock n' Roll no habría soportado que la vieran llorar, incluso a sabiendas de que, a esas horas, nadie se fijaría en ella. Quería volver pero tenía que marcharse. Lo creía con cada célula de su cuerpo. Llegó a la estación de tren, eran las seis de la mañana. Los más madrugadores ya abandonaban la estación rumbo a cualquier parte. Subió conmocionada a su tren tras sacar un tique. No sabía a dónde iba, sólo que se alejaba, que se alejaba mucho del único cuerpo que había considerado su hogar. Y, mientras el tren aceleraba convirtiendo en un borrón el paisaje, Lena no pudo evitarlo y pensó en Samuel.

domingo, 1 de abril de 2012

Porque me hace feliz.

Escribo porque no hay nada que pueda hacer mejor. Porque es el lenguaje binario de mi corazón traducido para el mundo. Escribo aunque nadie lo lea, aunque a nadie le importe porque me importa a mí. Escribo porque sé que todo lo que salga de aquí será bueno. Escribo porque siento que no podría no hacerlo, porque me siento mal cuando no lo hago, es como una droga, es lo que soy y lo necesito. Escribo para dejar a un lado todo lo demás, para olvidar por un minuto mis espinas y sacarle partido a cada estado, a cada humor. Escribo como capricho, como reto, como fracaso o como triunfo. Escribo para gustarme, para ser fiel a quien realmente soy. Escribo porque no sé hacer otra cosa, o puede que sí sepa, pero esto es lo único en lo que me mantengo firme, lo único que me obligo a seguir, a rajatabla, sin excusas. Escribo porque me hace feliz.

Twitter