lunes, 14 de noviembre de 2011

Yo, mi, me, CONTIGO.

Porque no. Éso es todo. No. No soy como otras, no como las demás. Nada se me da bien, salvo cosas insignificantes en las que nadie se fija. Nunca destaco. No soy la más bonita ni la más inteligente. Parezco una gallina clueca cuando me echo a reír y mi voz es como una campanilla estridente que suena en tu oído y te hace lamentar haberme seguido hasta aquí. No tengo nada que merezca realmente la pena, sólo un montón de idioteces que no valen para nada. No soy la chica en la que todos se fijan en la calle, más bien soy la que siempre pasa desapercibida. No tengo un gran corazón, más bien un músculo diminuto y egoísta que nunca piensa en nadie más. Y sí, a veces miento, pero éso es algo que todos hacemos. He hecho muchísimo daño a gente que creyó en mí y he permitido, una y otra vez, que aquellos a quienes quería se escabulleran por entre mis dedos. No soy la más luchadora, cuando me canso, echo el freno porque es mucho más cómodo. Me odio  la gran mayoría de los días del año, por ser débil, egoísta, inmadura, incapaz de cambiar mi destino. No soy nada del otro mundo, no tengo nada de lo que presumir pero hay una cosa, una pequeña cosa, que me gustaría que se tuviera en cuenta, ésto es:
No me importa que la gente me insulte o que se rían de mí. Me da exactamente igual si alguien decide que no le gusta mi forma de ser, mi sonrisa, mi ropa o lo que sea. Es igual, ¿sabeis? Pero estoy enamorada, enamorada de verdad, como en un cuento de hadas, a lo grande. Tengo a una persona en mi vida por la que mataría, alguien que mataría por mí y, cada minuto, por desastrosa que yo sea; lo dedico a intentar hacerlo feliz. No juzguéis eso, no es justo. Porque él, él con sus ojos verdes y su sonrisa, con su manera de decirme que todo irá bien, con su voz, con sus manías. Él. Es todo lo que yo tengo. No tenéis derecho a arrebatármelo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Twitter