sábado, 31 de marzo de 2012

Es más de lo que merecía.

Hoy me he dado cuenta de que no puedo perdonarte. No puedo. Aunque ya lo he hecho, te perdoné todo. Las humillaciones, las mentiras, los insultos, las lágrimas, los días pésimos. Te perdoné queme hicieras tan feliz y luego me lo quitaras todo de golpe y que, al final, llegáramos a la conclusión de que no me querías en realidad. Te perdoné por no querer a quienes quería y por alejarme de la gente. Te perdoné por haberme hecho creer que no era importante, que mi vida no valía ni un céntimo y que lo único que me hacía vivir eras tú. Te perdoné cuando hiciste que me convirtiera en lo peor de mí misma y cuando me llevaste al extremo. Te perdoné por haberme hecho mentir y engañar. Te perdoné todo, casi todo. Y aún así no puedo perdonarte, no puedo perdonarte porque lo vi en tus ojos. Ese amor que mata, que hace hervir la sangre. Ese amor que es único, que sólo sucede una vez. Un amor que lo creó todo y lo destruyó todo, que me hizo sentir libre de verdad. Un amor que me hizo ver lo pequeña que era yo en comparación con el mundo. Y no puedo perdonarte, aunque ya lo he hecho. No puedo perdonarte por haberme querido de verdad.

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